CONTACTO
FILOSOFÍA DEL PROYECTO
EL SONIDO Y EL AGUA
Fonte de Praterías

La Praza das Praterías está situada delante de la puerta Sur de la catedral. Fue un espacio ceremonial, festivo y comercial muy importante para la ciudad de Santiago. Situado frente a la catedral, era un punto obligado de tránsito para santiagueses y turistas. En su parte central se sitúa la Fonte das Praterías o como actualmente también se conoce: Fonte dos Cabalos. Su nombre proviene de su situación, pues la Praza das Praterías era el lugar del gremio de los plateros. A su vez, este era un lugar sagrado en el cual se refugiaba a los delincuentes y en el que estaba prohibidas las detenciones por justicia civil. Pertenecía al Cabildo, el cual se encargaba de su conservación y de que estas normas se respetasen.

Lo que no mucha gente sabe es que la fuente que vemos actualmente en la Praza das Praterías no es la primera que fue construida en ese lugar.

Debido a su popularidad y dinamismo, en los siglos XIV o principios del XV recibió partes de la Fonte do Paraíso, como su concha pétrea. Ésta se denominará la "Primeira Fonte das Praterías".

Tras la remodelación que sufrió la ciudad en la época del Barroco de la mano de Simón Rodríguez, el gran maestro santiagués, en 1704 la fuente se trasladó del atrio superior de la fachada Sur a la parte baja de la plaza. Esta nueva construcción debía tener una apariencia acorde con el esplendor que la rodeaba. Por ello surge una nueva fuente que comienza a erigirse en 1705 de la mano de Domingo Andrade recibiendo el nombre de "Segunda Fonte das Praterías" y se da por finalizada en 1706. Realizada a partir de granito, metales, plomo, betún y mármoles preciosos de colores y bronce, la Fonte das Praterías representaba en sí misma el preciosismo que se buscaba en la época. Los objetos que rodean a esta representación simbólica de la ciudad tenían relación directa con ella: la urna jacobea, la cartela en la que se dibuja la cruz de Santiago y la estrella metálica. Esta estrella es el icono de la tumba del Apóstol, que aparece en multitud de relieves de escudos heráldicos de la ciudad, representaciones, grabados y dibujos. Una vez terminada, su resultado fue deslumbrante: su gran pilón de granito, esculturas de sirenas, conchas marinas, sus dos tazas-conchas y detalles propios del ornamental estilo de Andrade, como son el uso del mármol y el remate “piramidal” , que hacen de esta fuente algo digno de ver y admirar.

Esta fuente, como muchas otras obras, forma parte de un gran número de obras que no han sobrevivido hasta la actualidad. La fuente de Andrade fue modificada por Clemente Sarela, constructor de la Casa del Cabildo, a causa del deterioro del mármol, los cambios de temperatura y humedad de la ciudad gallega. Entre 1754 y 1759, aparece en Santiago, la "Terceira Fonte das Praterías" en la cual el mármol no ocupa lugar. El granito policromado es el material utilizado para su construcción, mucho más modesta que la original, con adornos geométricos. Esta nueva fuente no era un monumento, pues estaba exento de grandeza y colorido. Se construyó como algo temporal, sin las características del Barroco-Rococó propias de la época, que sí se muestran en la Casa del Cabildo. No conocemos cómo era su aspecto, ni su forma, pues la fuente de Clemente Sarela no fue la última Fonte das Praterías.

Una vez superada la época del Barroco Compostelano, surgió en el S. XIX la "Cuarta Fonte das Praterías". De la anterior no hay apenas información, por lo que no podemos saber si se mantuvo algo de lo creado por Sarela o Andrade o si lo que vemos actualmente pertenece en su totalidad a una nueva obra. Fray J. Conde y Juan Pernas diseñaron y esculpieron esta cuarta fuente, con sus hipocampos, la columna central, la urna y la estatua con la estrella. Conocemos de la existencia de 3 artistas que fueron llamados a elaborar exclusivamente detalles muy concretos de la estatua, la urna y la base de nubes que la sustenta o el árbol central, pero no tuvieron mayor relevancia en la realización de esta fuente.

Esta "Cuarta Fonte das Praterúas" comenzó a ser construida en 1825 y se dio por finalizada en 1826. Cuenta con un gran pilón de cuyo centro se eleva un pilar de base cuadrada sobre el cual surge una estructura en forma de islote redondeado que puede figurar una playa en la que hay cuadro hipocampos. En el centro surge un árbol central de estructura cilíndrica con forma de copa larga y gallonada con relieves y hendidura en forma de gota. Sobre ella hay un tambor cilíndrico con relieves geométricos que sirve de soporte a pequeños surtidores en series de seis colocados a su alrededor, lo que dota a esta fuente de cierta elegancia, pues el agua se eleva antes de caer al pilón. Una vez rematado el árbol comienza la nube y sobre ella una urna o arca funeraria de forma cuadrangular en cuyas caras hay talladas en relieve la cruz de Santiago y la concha de vieira. Sobre la urna nos encontramos la imagen femenina de la matrona sedente en posición típica de las alegorías clásicas que sostiene en la mano una cartela y una cruz de Santiago con varias conchas, que hace referencia a lo religioso. Esta escultura recuerda a las de la época clásica, descalza, con la melena ondulada y vestida con velo y túnica, que eleva la mano derecha en la que porta una gran estrella de bronce mientras observa la portada Sur de la Basílica apostólica. Dicha estrella es símbolo de la Sabiduría. Según Eduardo Beiras, “[…] puede perfectamente simbolizar a la Ciudad del Apóstolo […]” pues puede entenderse como una madre que guarda a sus moradores como si fueran sus hijos, los habitantes de la ciudad de Santiago. Para J. A. Tojo la idea de esta fuente es la de mostrarnos dos puntos contrapuestos, separados por una columna: la parte inferior representaría el mundo terrenal, mientras que la superior suscita lo espiritual.

El hipocampo, animal que tiraba del carro de Neptuno en la mitología romana, es una representación alegórica del triunfo del inframundo marino. Según la mitología clásica, estos seres hacían brotar fuentes del suelo y, tomando al iconografía cristiana, la nube es el símbolo de lo sagrado. Sobre ellos se asienta el arca marmórea de tradición jacobea que corona lo alto de la fuente. Las conchas que la adornan simbolizan la Inmortalidad, en este caso del Apostol.

Las fotografías de Thurson de 1866 nos muestran que el color no estaba ausente en esta "Cuarta Fonte das Praterías". A pesar de no ser una fuente con un carácter preciosista como la realizada por Andrade, en la fuente de Fray Juan Conde el albayalde blanco cubría la estatua, el arca y las nubes. La cruz de Santiago y la concha estaban pintadas de granate. La antigua estrella que coronaba la fuente fue reutilizada para la nueva: el bronce con el que estaba realizada se fundió y se creó una nueva estrella mucho más compleja y pesada que conservaba una particularidad que compartía con sus dos predecesoras: “los juegos de agua a base de finos chorros que salen de las ocho puntas de la estrella de remate de la fuente”. Esto nos demuestra que el significado simbólico de todas las fuentes fue el mismo, al igual que su localización.

En 1992 se llevó a cabo la restauración del deterioro de la piedra a causa de los efectos físicos y mecánicos. Las esculturas que la conforman fueron desmontadas pieza a pieza y restauradas. Tras seis meses la “nueva” fuente fue inaugurada.

Curiosamente, Federico García Lorca se inspiró en esta fuente para escribir su poema “Danza da lúa en Santiago” donde el poeta llama a esta fuente “la del sueño”.

Debido al “abandono” por parte de las autoridades, esta importante fuente no brilla como antaño. Por su estrella no salen finos chorros de agua y los caballos marinos están ennegrecidos por el óxido.


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